Los juguetes clásicos de antaño pueden parecer aburridos para los niños de hoy. Pero, en realidad, no son tan mundanos como parecen: Muchos de estos juguetes encarnan conceptos físicos importantes, y jugando con ellos ayuda a los niños a desarrollar una comprensión intuitiva del mundo que los rodea, algo que no se puede extraer de los mundos virtuales de los modernos juegos. La Peonza (Trompo, pirinola). La peonza, un juguete encontrado en muchas de las culturas del mundo y aun entre las antiguas ruinas arqueológicas, pone al descubierto algunos principios físicos profundos. La primera es la conservación del momento angular, la ley que dicta que, en ausencia de influencias externas, algo que gira debe seguir girando. Debido a que la masa se balancea sobre un punto muy pequeño, experimenta una cantidad mínima de fricción con la superficie por debajo de ella, y por lo tanto sigue girando por un largo tiempo, lo que demuestra la ley. Pero la fricción, aunque pequeña, disminuye...
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